Cuando el enfoque de diseño se centra en el producto, es decir en el resultado final, sin tener en cuenta una visión estratégica del mismo, por lo general produce una visión miope y cortoplacista que tiende a ser inercial y reactiva en relación al mercado y la competencia. En contraposición a este enfoque, el diseño estratégico nace de las entrañas mismas de la planeación estratégica de la empresa, por lo que asegura principalmente dos ventajas durante su implementación: diferenciación y competitividad en pro de los objetivos estratégicos organizacionales con un enfoque innovador.
El diseño estratégico es una metodología que involucra el pleno conocimiento de la empresa en términos de planeación estratégica y metas a corto, mediano y largo plazo que garanticen que la respuesta de diseño sea no solo contundente, sino que tenga un efecto duradero y generen un mayor desarrollo empresarial. El diseñador por lo tanto, debe tener la preparación suficiente para saber interpretar las estrategias organizacionales, entender el lenguaje empresarial, y manejar con facilidad el entorno de la gestión para lograr una respuesta de diseño INTEGRAL y EFECTIVA.